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15.12.09

El Mazinger "abandonado" de Tarragona

Hace ya unos cuantos años que tenía conocimiento de una supuesta estatua tamaño real de Mazinger Z situada en una urbanización abandonada de Tarragona. Mirando por Internet había encontrado numerosas referencias a este notable monumento, casi siempre acompañadas de expresiones de asombro y sonrisas nostálgicas.

Aprovechando un viaje en coche a Barcelona decidimos desviarnos para echarle un vistazo a tan curioso “abandono”. Además, con las referencias sobre una urbanización abandonada hasta pensaba que con suerte hasta haría un 2x1.

Dar con el sitio con el GPS fue una odisea. Lo peor de todo fue la referencia de la "urbanización abandonada", ya que ibamos buscando un sitio en ruinas o similar. Aparcamos el coche a un lado de la carretera y pateamos bastante campo, sólo para darnos cuenta de que las coordenadas del GPS estaban más lejos de lo que parecía.

Volvimos a coger el coche y empezamos a dar vueltas por una serie de caminos de tierra intentando dar con el lugar. Tras mucha vuelta le preguntamos a un paisano, no sin antes hacer acopio de valor para vencer la vergüenza de preguntar a alguien por “un Mazinger gigante abandonado”.

Al final resultó que la urbanización abandonada no estaba tan abandonada. Apartada sí, pero habitada y con gente. Aún así, ver al pedazo de bicho aquel en mitad de lo árboles impresionaba bastante.



Hasta había leído por ahí que era “de tamaño real”. Hombre, a tanto no se llega. Los más viejos del lugar deberían saber que en la cabezota de Mazinger cabía una persona cómodamente sentada que pilotaba el robot. En esta cabeza apenas cabría un niño pequeño, y muy muy acurrucado. Aún así, los alrededor de 10 metros de la estatua impresionan.



Ciertamente los colores no son del todo acertados, y que están algo descoloridos en algunas partes, pero, ¿a quien le importa eso teniendo un Mazinger gigante en la puerta de casa?



Al parecer la historia de la estatua es que a alguien se le ocurrió que sería un buen reclamo publicitario para vender casas en la urbanización. No sé yo si ayudaría a vender muchas parcelas. Puede que incluso asustase a algún comprador.



La estatua está formada por un armazón de metal recubierto por fibra de vidrio para darle forma al robot.



No hay mucho más que contar sobre todo esto. Sólo espero que os gusten las fotos.



De regalo, un retoque a saco para hacer más de dibujo animado la estatua. También os servirá para haceros una idea de su tamaño. Como referencia, un servidor mide 1,95m.



¿Es o no es un “abandono” friki? No es lo más raro que me he encontrado por ahí, pero casi que se lleva la palma.

Localización: En Google Maps se aprecia bastante bien. Al menos lo que es la sombra de la estatua.

Acceso: Sin problemas. Es una plaza pública y hasta se puede aparcar el coche justo al pie de la estatua.

Estado: Bastante bueno. Diría que los vecinos le dan una manita de pintura de cuando en cuando. En algunas fotos viejas he visto pintadas que no estaban cuando fui a verlo. Aparte de eso el aspecto es muy bueno. Se puede ir hasta con niños sin problema. El único destrozo que se ve es un agujero en la parte trasera de una de las patas que permite asomarse dentro de la estatua. Se puede ver en la segunda foto.

25.8.08

Club de alterne abandonado.

A partir de ahora, si me preguntan si alguna vez he estado en un club de alterne, no tendré más remedio que responder que sí. Y además con mi pareja y el perro, pervertido que es uno.

Este en concreto lo tenía “fichado” desde hace bastante tiempo. Hará cosa de casi un año que lo vi al pasar con el coche con aspecto de cerrado, y la siguiente vez que pasé había una enorme pintada en su pared con un SE VENDE y un número de teléfono. Graffiti autorizado, seguro, pero tan feo como el 90% de los que me encuentro.

Entre unas cosas y otras, y sobre todo porque está situado en una autopista de la que es difícil salir si no se va al sitio ex profeso, fui dejando la visita al antro de perversión más de la cuenta. Hasta no hace mucho, que me pilló con ganas y, sobre todo, algo de tiempo que "desperdiciar".

Por desgracia otros no han perdido tanto el tiempo. A pesar del interés del propietario en cerrar el lugar, incluso con portones metálicos y algún muro de ladrillo en una puerta, los amigos de lo ajeno no tuvieron mayor problema para entrar en el lugar y desguazarlo. Curiosamente se llevaron casi todo lo metálico y de utilidad, principalmente cocinas, sanitarios, frigoríficos, griferías y aparatos de aire acondicionado, dejando casi todo el mobiliario en mal estado, pero sin llevarse casi nada.

Así que lo que me encontré fue un burdel con montones de muebles y enseres amontonados y rotos, abierto de par en par y muy solitario.

Por precaución empecé por asomarme por la parte trasera. Por el aspecto del lugar no me hubiera extrañado encontrarme a alguien viviendo allí. Por suerte no fue el caso.

En un edificio aparte se encontraban una serie de habitaciones pequeñas. Todas tenían armarios, vacíos y rotos, y alguna de ellas algún somier o colchón. Probablemente allí sería donde los empleados vivían cuando no estaban trabajando. Los muebles tenían aspecto de tener mucho tiempo. Incluso un armario tenía un montón de pegatinas de la clásica serie V, aquella donde los extraterrestres eran lagartos disfrazados de jamonas y se alimentaban de ratones. La verdad es que estas habitaciones no tenían demasiado interés fotográfico: pequeñas, vacías y con pocos trastos.

En el edificio principal se encontraba la cocina. Como decía antes, casi todo lo de metal había “volado”, aunque los muebles de cocina seguían en su sitio, al igual que gran cantidad de botes y trastos, o las especias en el armario.



Junto a las cocinas se encontraban lo que debieron ser algunas oficinas o similares. Algunos papeles aquí y allá, muchos trastos y armarios movidos de sitio.


Poco más allá se encontraba la “barra americana” del bar. La sala no era especialmente grande, lo que de primeras me sorprendió bastante. De hecho, la mayor parte de los bares de carretera tienen salas más grandes.



Detrás de la barra tampoco quedaba gran cosa. Todas las instalaciones propias de un bar habían desaparecido, quedando apenas un par de mesas y algunas cubiteras y cajas de cerveza vacías.



Pasando a la sala de atrás nos encontramos con algunas cosas curiosas. Lo primero este pequeño armario en una pared. Por el aspecto diría que era donde se guardaban las llaves de las habitaciones o algo similar, pero tampoco estoy totalmente seguro. También podía ser algún tipo de buzón por las ranuras que tenía en cada casillero.


Había un par de ellos, aunque el segundo estaba tirado por los suelos en una esquina.



Las habitaciones tenían poco que ver. La mayor parte de los muebles destrozados y los sanitarios arrancados dejaban poco a la vista, aunque bastante más a la imaginación. Esta habitación, por ejemplo, tenía espejos por todas partes, incluido en el techo.



Sin embargo la habitación mas espectacular fue esta otra, por motivos obvios. Otra cosa fue lo que tuve que sudar para obtener una foto decente. La única luz disponible provenía de la puerta, y esta daba a un pasillo, por lo que la luz era muy escasa. El resultado con el flash integrado era horrible por las sombras, pero sobre todo por el polvo en suspensión. Al final, con una exposición larga e iluminando la estancia con la linterna salió esto. La luz sigue siendo un tanto rara por los espejos, pero el resultado no fue del todo malo.



Dando vueltas por el local encontré unas escaleras. Me sorprendió un poco porque desde fuera hubiera dicho que el edificio sólo era de una altura. Las escaleras estaba oscuras y llenas de telarañas, y el techo muy bajo. Cuando llegué arriba me encontré con esto, aunque bastante más oscuro de lo que aparece en la foto. Una vez más tuve que usar la técnica de la linterna, aunque en este caso la imagen quedó bastante más oscura y requirió mucho más procesado para dejarla mínimamente útil.



Resultaba que el bar me pareció tan pequeño porque había una segunda barra al otro lado de la entrada, y en la que no había reparado al principio.

Esta sala sí que era bastante grande, con un buen número de sillones arrumbados aquí y allá, y una segunda planta con una especie de reservados desde los que se podía ver la sala de abajo, tal y como pude ver tras bajar por las escaleras opuestas a las que usé para subir.



En esta barra, decorada con madera y fieltro, y algunos dibujos “curiosos” había hasta una mesa de diskjokey, de cuyo equipo, lógicamente, sólo quedaba el agujero y unos cuantos cables colgando.



La salida de la sala daba justo a la entrada del local, donde setaba el guardarropa. Al asomarme al principio había pasado por alto la sala porque estaba sumida en la total oscuridad, mientras que la puerta abierta me había deslumbrado. En la habitación junto al guardarropa encontré algo entre desagradable y curioso. Había alrededor de una veintena de bolsas de supermercado llenas de lo que parecían ser…. ¡compresas usadas! Se ve que a alguien se le olvidó sacar la basura antes de echar el cierre.



Aparte de todo eso poca cosa más que reseñar o fotografiar. Algunas carcasas viejas de videos pornos en vetusto formato VHS, unos libros de lo que parecían ser cursos de diseño, montones de botellas vacías de Coca-Cola en el patio o estos zapatos llenos de telarañas.



En general una visita curiosa. Una pena que hayan dejado el local así para robarlo, seguro que unos pocos meses antes hubiera dado mucho más juego. Si alguien está interesado en adquirirlo para montar… Bueno, lo que se quiera montar, que me lo diga y me fijaré en el teléfono del dueño al pasar otra vez por allí. No me llevo comisión.

Salu2!

15.2.08

Hotel de carretera abandonado.

Otra forma de localizar sitios abandonados: los amigotes conversos.

Aparte de los amigos de siempre, compañeros de estudios, jaranas, viajes y demás, de un tiempo a esta parte se me ha unido a la lista de contactos una serie de gente, generalmente implicada en el tema de la fotografía, que de repente descubren que esto de los lugares abandonados es un tema al que es fácil sacarle jugo, fotográficamente hablando.

Así que últimamente hay un buen montoncito de gente que viaja con los ojos pegados a los bordes de la carretera, a ver si aparece algún “cadáver” con forma de edificio grande.

Inciso. Si veis alguno por ahí, en la columna de la derecha está la dirección de email.

En este caso concreto no fue amigote, sino más bien “amigota”, aunque la palabra suene realmente mal (aunque “amiguita” es casi peor). Me contó que en un viaje había visto “algo grande, que parecía un hotel”, incluyendo el kilómetro exacto. Evidentemente a uno se le ocurre pasarse a ver el sitio un día cualquiera, bastante tiempo después, casi por casualidad. Tirar de mapas en casa, localizar un sitio y meterlo en el GPS es llevar mucho trabajo hecho. Tirar de memoria, teléfono móvil, sitios aproximados y que no sabes exactamente que son es mucho más lento, sobre todo por las vueltas que das hasta dar en el clavo.


Al final resultó ser lo que decía: un hotel de carretera. Sorprende un poco que un edificio tan grande llegase a quedar en este estado de abandono. Probablemente el hecho de que estaba situado en un pueblo pequeño y alejado de grandes núcleos de población hicieran que un hotel tan grande y con tan grandes salones tuviera difícil hacer todo el negocio que necesita para mantenerse.

Desde fuera el aspecto era, aparte de abandonado, de bien cerrado. Puertas y rejas en su sitio, así que albergaba pocas esperanzas de echarle un vistazo por dentro.

Sin embargo, en la parte trasera me encontré con que se podía entrar por varios sitios distintos. El primer acceso saltaba bastante a la vista. Estaba situado en el pequeño porche trasero que se ve en la foto. Tanto el cristal exterior como la puerta estaban abiertas de par en par.


La puerta daba a un pasillo de servicio que daba acceso a los sótanos. Puertas arrancadas, muchas hojas secas…

En la parte derecha había varias habitaciones vacías, probablemente almacenes, sin mayor interés. En el fondo se encontraba el cuarto de máquinas, donde aún permanecía bastante maquinaria cubierta de polvo. Calderas, depósitos, tuberías, equipamiento eléctrico. Curiosamente todo el equipo estaba inhabilitado, con cables eléctricos cortados y tuberías desenganchadas. Tal vez pensaron en llevárselo o venderlo cuando se abandonó el lugar, aunque al final cambiaron de idea.



La parte izquierda del pasillo de entrada daba a una serie de salas enormes con suelo de tarima. Probablemente fueran salones de celebraciones. El suelo estaba terriblemente abombado en algunos sitios, como se aprecia en la foto.



Desde aquí también se podía acceder al exterior por los ventanales rotos o abiertos. Fuera había restos de una terraza y una nave a medio construir, con poco más que la estructura metálica.

Conectando con las salas se encontraba el acceso al vestíbulo principal del hotel. Resulta sorprendente lo grande que era, para ser un hotel de carretera.



La zona de la entrada tenía bastantes cristales rotos, aunque la mayor parte de las puertas y demás estaban en buen estado. Incluso algún adorno de escayola seguía luciendo casi tan bien como cuando estaba en funcionamiento.


En la zona de la derecha se encontraba la zona de bar y cocinas. El bar conservaba su barra en perfecto estado, totalmente desprovista de cualquier objeto.


Las cocinas estaban también desnudas de mobiliario. Ni fregaderos, ni cocinas, ni nada de nada. En otras ocasiones da la impresión de que los sitios han sido abandonados precipitadamente, dejando las cosas donde estaban como si el mundo se fuera a acabar al día siguiente. En este caso la impresión es la de que el alquiler se ha acabado y toca sacar todas las cosas antes de cerrar la puerta, y dejarlo todo ordenadito, ya que estamos.



Al otro lado del recibidor se encontraban las habitaciones. Un largo pasillo con puertas a cada lado.

Las habitaciones de la planta baja tenían una pequeña terraza. Probablemente fueran las más caras. También se encontraban prácticamente vacías excepto por alguna tabla o algunas sillas. Por no estar, ni siquiera estaban los aires acondicionados, o los enchufes e interruptores. De no haber visto alguno que otro tirado por ahí hasta hubiera pensado que nunca fueron instalados.



Algunas de las habitaciones tenían restos de vida post-abandono. Una de las habitaciones tenía un pequeño altar consagrado al tabaco y la cerveza, fabricado con uno de esos ejes donde se enrollan los cables de los postes eléctricos y con un tronco viejo.

En el armario empotrado habían puesto esta jaula donde estaba prisionera una botella vacía de cerveza. Probablemente la botella hizo algo terriblemente sacrílego en vida, y fue condenada a pudrirse en aquella jaula por los siglos de los siglos.



También me encontré algunas pintadas con símbolos de la Legión y revistas militares. Probablemente algunos legionarios utilizasen el edificio para dormir durante algunas maniobras, o simplemente pasaran por allí..

Desde el vestíbulo también se podía acceder a la planta superior, bien por las escaleras principales como por las de servicio, situadas tras la recepción. Las escaleras principales estaban iluminadas por un enorme ventanal que hacía que las escaleras parecieran un lugar bastante más vivo que el resto del edificio, al menos si uno pasaba por alto la enredadera muerta de la pared y los cristales rotos.



El piso superior no se diferenciaba mucho del de abajo. Un largo pasillo apenas iluminado por la luz que entraba por algunas de las habitaciones y restos de haber desguazado toda la instalación eléctrica.

Las habitaciones eran más o menos iguales que las del piso inferior, salvo que en este caso no tenían balcón. En muchos casos se conservaban las persianas, perchas en algunos armarios y alguna silla perdida, aunque ni rastro de camas o similares.


No muy lejos se encontraba otro pequeño edificio donde había varias cocheras y algunas habitaciones vacías en la planta superior. Curiosamente este edificio sí estaba algo más estropeado, con persianas y sanitarios rotos.



Quien sabe si en un futuro alguien le dará nuevo uso a este edificio. No creo que vuelva a ser un hotel, por lo alejado que está de grandes poblaciones, pero a saber si no acabará convertido en club de alterne, asilo de ancianos, o si simplemente se acabará por venir abajo con el tiempo. Ya lo veremos….



Salu2!

Localización: Esta vez, por las características del edificio y la situación me voy a abstener de dar la localización. Normalmente sólo publico localizaciones que están en un estado tan lamentable que poco puede empeorar ya, o lo suficientemente lejos como para que sólo los gamberros locales (que ya conocen el sitio) vayan a destrozarlo, sin necesidad de atraer vándalos foráneos.

Estado: Sorprendentemente bueno. Pintadas y destrozos hay, desde luego, pero ni mucho menos en las cantidades que he visto en otros lugares. Con una buena reforma (buena y muy cara, eso sí) podría volver a funcionar.

Acceso: Hay varios accesos al interior, y no hay vallas o muros que delimiten la parcela. Como buen hotel, hasta tiene aparcamientos.

12.2.07

Una Galicia devastada y sin vida.

Vale, el título de la entrada es de lo más sensacionalista, pero totalmente real.

Al menos en una realidad paralela que comparte el autor del blog Apocalipsis Zombie con un buen montón de lectores habituales.

Probablemente podáis pensar que esta entrada poco tiene que ver con lugares abandonados. Si ese es el caso, pensandlo de nuevo. Si de repente una extraña enfermedad altamente contagiosa y mortal hiciera presa de la especia humana en cuestión de semanas tendríamos más sitios abandonados que en el resto de la historia.

Precisamente esta sensación de soledad y abandono es la que predomina en esta historia. Esta sensación se acrecienta especialmente por el entorno en que se desarrolla la historia, plagada de detalles y lugares que aunque no conozcamos de primera mano, sí que resultan muy familiares. Resulta sorprendente lo que cambia una historia cuando abandonamos el Bangor de Stephen King y nos vamos al cercano Vigo.

El "heroe" no es más que un tipo del montón inmerso en una situación delirante. Está más cerca de un McGyver por obligación en lugar de por devoción, que de un Rambo decapitando zombies a diestro y siniestro.

Últimamente la historia había estado parada durante bastante tiempo. Al parecer había planes para editar un libro con la historia, de modo que se había dejado el final en suspenso a la espera de acontecimientos. Sin embargo, no se sabe si por falta de acuerdo con un editor, o por cualquier otra causa, hace poco volvieron a aparecer nuevas entradas en la historia, que parece aproximarse rápidamente a su final. Espero que al final acabe por salir en papel, porque puliendo un par de fallos técnicos quedará una novela de primera.

Otro aspecto curioso fueron las "historias paralelas" que aparecieron a raíz de la principal. Alguna gente tomó la base de la historia y desarrolló una historia similar en sitios que le son familiares. No consiguieron engancharme tanto como la historia principal, más que nada debido a que el formato, escrito en los comentarios de cada "capítulo" era bastante difícil de seguir. Posteriormente se fueron añadiendo las historias al foro oficial de Apocalipsis Zombie, por lo que ahora son mucho más fáciles de seguir. En cuanto tenga tiempo les echaré un vistazo a alguna de ellas.

Un aviso para navegantes: ojo, que engancha. Os recomiendo empezar, lógicamente, por el principio.

Salu2!

16.8.06

Vacío, por favor.

Hay veces que para encontrar un lugar abandonado hay que buscar, pasear, investigar, dar vueltas y vueltas hasta aburrirnos.

Otras veces lo encontramos, como es normal en el caso de esta gasolinera, al lado de la carretera.



Y no al lado de cualquier carreterucha comarcal, de asfalto quebrado y yerbajos por doquier. Esta en concreto la puede encontrar cualquiera que recorra la autopista A4. Concretamente en el kilómetro 162 en dirección a Madrid.

La "fiché" mientras bajaba hacia el sur, y me propuse hacer una parada rápida para sacar unas cuantas fotos a la vuelta.

Como veis, el estado es bastante lamentable, y la arquitectura dista bastante de las modernas estaciones actuales. Sólamente tiene dos tres habitaciones. Dos de ellas son accesibles y visibles del exterior, al haber desaparecido gran parte de los cristales que las separaban de la intemperie.

Se adivina, no sin cierta dificultad, que la gasolinera se llamaba "La Mancha". Las letras estaban hechas de madera, lo que explica el estado del letrero.



En la foto se puede ver una puerta cerrada. Estaba cerrada, y la manivela estaba desaparecida. Sin embargo la puerta trasera, de cristal, estaba rota y en la pared frontal alguien había hecho un agujero lo bastante grande como para asomarse.

Dentro, una habitación pequeña y bastante limpia comparado con el exterior lleno de escombros, con lo que debieron ser los paneles de la luz y demás.




Los servicios estaban bastante peor, especialmente los de hombres, cuya puerta había desaparecido.



Los de las mujeres estaban algo mejor, ya que la puerta aún aguanta, aunque al ser de cristal no está demasiado entera, y se puede fotografiar el interior.


Y por último, mi parte favorita. un auténtico surtidor de los de antes. De los que echaban gasolina y sólo gasolina (o gasoil). Con sus números mecánicos y ese aspecto que muchos recordamos. Resulta curioso que este surtidor se quedase aquí, en su lugar original, ya que normalmente se solían aprovechar en otros surtidores o se vendían como chatarra.



Resulta curioso ver que, a pesar de la ruina, la situación en mitad de la Mancha, a kilómetros de cualquier ciudad, ha hecho que prácticamente no haya ningún graffiti. Al menos nada con colores vistosos ni nada parecido. Ni siquiera una de esas firmas tan insulsas con las que algunos se empeñan en marcar todo lugar por donde pasan, y que tan lejos quedan de los auténticos artistas del bote de spray.

Espero que os guste.

Salu2!