9.12.16

Abandonalia en Darwinians

Aunque no lo parezca por lo que se lee por aquí, sigo vivo y en buen estado de salud (más o menos).

Prueba de ello lo tenéis en la entrevista que me hicieron en la radio, concretamente en el programa Darwinians de Radiobike.



Si queréis oírme diciendo cosas sobre Abandonalia y esta afición rara que tengo podéis oír el podcast aquí:

http://darwiniansradiobike.com/la-ciudad-secreta-24-la-belleza-poetica-los-lugares-abandonados/

A partir del minuto 31, más o menos, empieza la parte de la entrevista.

13.9.16

EQ16. El antiguo hospital infantil.

Al día siguiente nos tocaba visita hospitalaria. Tras un buen paseo en coche aparcamos en una calle en las afueras de la ciudad y empezamos a echar un vistazo a la zona. Tras un par de deliberaciones nos decidimos a entrar por un lateral de la finca del hospital rodeando un edificio de viviendas. Ni siquiera hubo que saltar nada. Estábamos dentro y ahora tocaba ver como meternos en el edificio.


Tras un par de rodeos infructuosos tratando de dar con una puerta abierta nos acabamos colando por una puerta de cristal que estaba rota. Tras la típica conversación para ver como quedábamos y como nos distribuíamos empezamos a explorar.




La zona por donde entramos alojaba lo que parecían habitaciones para 4 ó 6 camas, bastante grandes.




Había un par de par de plantas conectadas por ascensores y escaleras.




Llamaba bastante la atención la cantidad de luz que había por todas partes y los largos pasillos.




En el siguiente edificio, muy conectado con el primero encontramos los quirófanos. Esto nos hizo pensar que las habitaciones anteriores debían ser unidades de cuidados intensivos, por la cercanía y el tamaño.




Curiosamente los baños que había por allí eran bastante grandes. Resulta curioso encontrar bañeras tan grandes en un hospital hoy en día. De todos modos, el resto de baños eran bastante más pequeños y no recuerdo haber visto más bañeras como esta.




Del quirófano quedaba poco que ver y sólo se identificaba la estancia por la enorme lámpara. De las mesas de operaciones y otros enseres habituales no quedaba prácticamente nada. Por cierto, que estando por aquí empezamos a oír voces. Tras acércanos a ver qué pasaba resultó que había un vigilante en el edificio. Curiosamente, en lugar de echarnos nos preguntó si éramos estudiantes de arquitectura y que tuviéramos cuidado de no acercarnos a algunas zonas concretas, que tenían alarma, tras lo que nos dejó andar por allí a nuestras anchas. Da gusto encontrar vigilantes tan majos.




Con la tranquilidad de saber que podíamos andar por allí sin problemas nos acercamos al segundo edificio. Este era el más grande y más largo de todos. Sólo hay que ver el larguísimo pasillo para hacerse a la idea. En realidad, el pasillo se extendía casi el doble de lo que se ve.




Mismo pasillo, justo desde la otra dirección. Aquí parece más largo porque la foto está tirada con el angular (a 9 mm). El angular deforma, sí, pero la máquina de andar era enorme de cualquier manera.




Por esa zona había varias habitaciones de servicio. Este pedazo de mamotreto con aspecto de caja fuerte es en realidad un esterilizador.




Por esta zona encontramos también el laboratorio. En este caso se identificaba bastante bien por el montón de botellas de productos químicos variados, de color oscuro y con su “tranquilizadora” calavera en las etiquetas.




También encontramos el típico mobiliario que recuerda a las cocinas, de madera, y también maquinaria como esta centrifugadora de gran tamaño.




A continuación, encontramos lo que parecían ser habitaciones más pequeñas y bastante parecidas entre ellas. Todas totalmente vacías salvo por algún elemento difícil de mover, como este antiguo y pesado radiador de hierro fundido.




Curiosamente los sillones que suelen existir en estas habitaciones habían acabado todos en el pasillo. No es que hubiera muchos, pero resultaba curioso que los hubieran sacado todos allí.




También llamaba la atención esta fuente en la parte central del pasillo. El diseño era de lo más curioso, pero debía de ser bastante poco práctica para beber agua de ella.




Además de las habitaciones encontramos lo que debían ser consultas. Las de rayos x estaban claramente marcadas, pero totalmente desmanteladas, por lo que era difícil encontrar algo destacable que fotografiar. Encontramos esta especie de cama articulada, pero lo cierto es que parecía un tanto fuera de lugar, como si la hubieran movido de su ubicación original y dejado allí.




Algún que otro detalle encontramos, como esta pequeña mesa de material médico móvil. Pero poca cosa más.




También estas viejas y secas plantas que alguien olvidó allí para siempre. Es raro encontrar cadáveres en estos sitios, pero la imagen de estas pobres plantas que se quedaron en una consulta me pareció bastante poético y triste.




No podía faltar el viejo sillón desvencijado. Este en concreto parecía que en su época fue bastante cómodo, al menos eso parecía la vista.




Los sótanos tampoco tenían mucho que ver. Prácticamente todo estaba bastante desguazado, hasta el punto de ser difícil saber el uso de cualquier estancia. ¿Qué hacía esta silla aquí? ¿Para descanso de la gente de mantenimiento, tal vez?




En las plantas más altas encontramos lo que debía ser la zona noble, con despachos y mesas de oficina. Resultaba curioso ver muebles tan antiguos junto a teléfonos relativamente modernos.




Curiosamente, incluso en esa zona encontramos los recortables infantiles que habíamos visto pegados en casi todas las ventanas del hospital.




Los recortables de papel estaban en cualquier sitio. Incluso en esta vieja caja fuerte que encontramos por allí.




Ordenadores viejos también encontramos alguno que otro. Este es relativamente “moderno”, con sus discos de 3.5”, su monitor “cabezón” y su impresora matricial.




También por esta zona encontramos una serie de curiosas habitaciones a las que se accedía por una no menos curiosa escalera.




Dedujimos que debía de ser la vivienda de personal religioso, dado que estaba apartado del resto del hospital, el suelo era el único en todo el hospital de parquet y que encontramos camas y varios crucifijos en las paredes.




Al final del edificio encontramos una enorme sala circular que debió ser un área de juegos o algo parecido, por el tamaño y la decoración de las paredes. Alguien dejó allí ese viejo sillón en medio de la sala que parecía observar a todo el que se asomaba a la puerta.




Tambíén estaba por allí el salón de actos, con sus sillones en escalera como si fueran gradas. Curiosamente allí encontramos las únicas pintadas del lugar: en la vieja pizarra y con tiza.



Después de explorar toda el ala del edificio principal nos salimos a ver los jardines. Nuestro amigo el vigilante tenía su caseta por allí y nos saludó al pasar. Desde fuera se ve la parte externa de la sala de la imagen anterior, que estaba en la primera planta.




Desde allí nos llamó la atención un edificio pequeño, pero con una chimenea enorme de ladrillo rojo más propia de una fábrica que de un hospital. Resultó ser la sala de calderas que debía proveer de calefacción y agua caliente al complejo.




También debía ser el área de descanso y aseo del personal de mantenimiento. Al menos es la única explicación que le encuentro a este sillón y ese espejo en una sala de máquinas.




Tras volver a juntarnos nos despedimos del viejo hospital desmantelado, preguntándonos cuanto tiempo seguirá allí. Comparando con España es sorprendente que el sitio no estuviera totalmente reventado y lleno de pintadas. Parte del mérito es de la vigilancia, claro está, pero en general da la impresión de que en el país vecino se respetan más los lugares que en el nuestro.



Otras visiones del sitio:

La del Hospital pedíatrico en Última Visita.
El Hospital de Niños (parte 1) y parte 2 en Forgotten and Magical Places.

11.2.16

EQ16. El viejo hotel junto a la carretera

Después de más de un año en el que el blog ha hecho honor a su nombre vuelvo a las andadas. Sigo sin tener mucho tiempo para colgar entradas en el blog y menos aún para salir a explorar, pero por suerte aún me queda material “viejo y abandonado” para poder entreteneros durante algún tiempo. Así que volvamos atrás en el tiempo y sigamos mostrando lo que dio de si la EQ16 que discurrió por tierras lusas.

Llegamos, aparcamos los coches al lado y entramos por el jardín como cão por su casa.
Lo primero que nos encontramos parecía ser la residencia de los dueños. Aquello tenía toda la pinta de una vivienda de 3 plantas, enormes y sorprendentemente atestadas de detalles, aunque la mayoría de los muebles estaban bastante hechos trizas.




Los baños no estaban mucho mejor, pero personalmente si no hay polvo, trastos y azulejos agrietados no me parece un abandono.





Curiosamente en los muebles del baño aún quedaban incluso medicinas. A saber la de años que llevaría olvidado ahí ese jarabe para la tos.




También encontramos una diminuta habitación, tan pequeña que no cabía una cama, que probablemente se utilizase de cuarto de costura. El mueble estaba lleno de botones y había retales de tela por todas partes.





Cerca estaba la cocina, bastante curiosa y con aspecto “de abuela”. Por ejemplo, en el detalle de las estanterías tapizadas con tela. Tenía pinta de que los antiguos habitantes de la casa eran aficionados al vino.





En la despensa había aún más botellas y una preciosa, aunque bastante deteriorada lata de café “El Mejor”. Las marcas ahora son bastante más modestas eligiendo los nombres…





En la última planta había un enorme desván lleno de trastos de todo tipo y pelaje. Me llamó la atención esta enorme caja con mandos eléctricos. ¿Una radio? ¿Tal vez un amplificador? Cualquiera sabe lo que ocultaría esa enorme cantidad de polvo.





Tal vez lo más curioso de la casa era lo más oculto. ¿Veis las escaleras al fondo de la foto anterior? Tras un par de giros daban paso a una vieja habitación en buhardilla, con una vieja cama y esta vieja mesita de noche llena de pastillas.





Después de explorar la vivienda nos dirigimos al hotel propiamente dicho. Tres plantas bastante destrozadas, pero aún repletas de detalles para fotografiar. Tras la recepción encontramos esta vieja caja fuerte que parecía sacada de una película del viejo oeste. Ahora sólo guardaba viejas postales con la imagen del hotel.





El comedor principal estaba sorprendentemente en muy buen estado, a pesar de todo el tiempo que había pasado. No faltaban los techos rotos y el polvo por doquier, pero las mesas y sillas estaban en un sorprendente buen orden.





Al fondo del comedor estaba esta vieja silla de barbero. Viendo fotos previas del lugar pudimos comprobar que originalmente estaba en una pequeña habitación que hacía las veces de barbería y que a falta del sillón nosotros pasamos totalmente por alto. Alguien lo había movido hasta el salón, tal vez para fotografiarlo con mejor luz.





En la esquina opuesta del salón estaba este espacio con un sofá. Las piezas amarillas del suelo eran tarjetas de plástico con números, probablemente para marcar las mesas.





Tras la barra del bar encontrábamos la enorme cocina. Curiosamente casi había más grasa acumulada que óxido.




Justo debajo de la cocina había una gran despensa llena de botellas vacías. Uno se pregunta el motivo de almacenar tantas botellas. ¿Coleccionismo, quizá?





Volvimos para explorar las plantas superiores donde estaban las habitaciones, no sin antes fotografiar la aún majestuosa escalera principal. Tristemente en visitas posteriores de otros exploradores pudimos comprobar que las barandas y escalones habían sido reventados. Este tipo de cosas son las que hacen que seamos tan discretos con las localizaciones, aunque en este caso de poco sirvió.





En las plantas de las habitaciones había poco que ver. Todas las habitaciones tenían más o menos el mismo aspecto, con los muebles reventados en mayor o menor medida. Esta era una de las más enteras, y aun así tenía el típico lavabo reventado. Estando por allí aparecieron un puñado de chavales, probablemente del pueblo. Tras el susto inicial por su parte se metieron en una habitación y no les volvimos prácticamente a ver. Por su reacción parece que no éramos los primeros fotógrafos que veían por allí.





Las escaleras de acceso a la segunda planta estaban bastante peor. Allí ya habían desaparecido las barandas y había un montón de muebles rotos en las escaleras que no se ven en la foto. La segunda planta tenía el mismo aspecto que la primera, salvo porque los muebles estaban aún más destrozados.




Descubrimos también otra parte del hotel, separada del edificio principal y en bastante mejor estado, salvo porque estaba totalmente vacía salvo por algún detalle aislado, como una vieja impresora HP o esta preciosidad metida en una habitación. Tengo que admitir que este tipo de bañeras son mi debilidad....



Tras los comentarios y esperar a los últimos compañeros rezagados salimos al jardín a buscar una GoPro que se había caído y que milagrosamente apareció entre unas hierbas. Las escaleras que se ven conectaban con la planta baja y la puerta de abajo es donde estaba el almacén con las botellas.




Tras reunirnos nos fuimos haciendo las últimas fotos. Esta del final tiene el curioso detalle de mostrar la misma fachada que aparecía en las postales que encontramos en la recepción.



Con esta visita dimos por finalizado el día de exploraciones, no sin antes intentar acceder a otro hotel que por su concurrida ubicación y la falta de luz decidimos no explorar.
Todavía quedaba un buen trecho para volver al hotel y ver que íbamos a visitar el día siguiente.

Otras visiones del sitio:

  • El amigo Nano ya había estado previamente, e incluso se atrevió a pasar una noche de hotel.
  • Sara fue la que tuvo la mala suerte de perder la cámara y luego la suerte de encontrarla. Podéis ver su visión del sitio en Grand Hotel.
  • En Urbexspain tambien estuvieron por aquí. Lo llamaron Hotel Principal.
  •