15.9.10

EQ6. Comisaría abandonada en Berlín. O algo parecido.

Había dicho que dejaría este post para cuando el resto de gente lo publicara, por aquello de ser un abandono un tanto peculiar por varios motivos, pero tras casi dos años, a la vista de que uno se va quedando sin material que publicar y que la memoria empieza a resentirse he decidido no posponerlo más. Supongo que hoy Umpi colgará su "versión", como habíamos acordado.

Veníamos de vuelta de una antigua base militar soviética cuando el “abandonoradar”con el que solemos llevar activado en la cabeza en este tipo de viajes empezó a dar señales de aviso. –“Oye, ¿eso no está abandonado?”.

La verdad es que tenía demasiada buena pinta para ser cierto. Normalmente buscamos ventanas rotas, graffiti o destrozos para decidir si un sitio puede estar abandonado o no. Esta vez no había nada de eso, pero algo en los aparcamientos vacíos o en los mástiles sin banderas ondeando nos puso sobre aviso.



Aparcado el coche y echado el primer vistazo la sorpresa fue en aumento. ¿Una comisaría abandonada? Con lo eficaces que son los alemanes, ¿Cómo van a dejar esto abandonado? Sin embargo, la entrada principal al edificio dejaba poco lugar a dudas en cuanto al uso del edificio. Un vistazo más en profundidad a través de las ventanas y puertas de cristal sirvió para constatar que el sitio llevaba algún tiempo sin uso.



Por desgracia todos los accesos estaban cerrados a conciencia y no encontramos ventanas rotas ni ningún acceso practicable. Estábamos ya pensando en dejarlo por imposible y volver al hotel cuando Dafy nos llamó: -“No os lo vais a creer. Venid”.
Lo increíble era que una de las puertas traseras estaba sólo atascada, no cerrada. Un pequeño empujón había bastado para abrirla.

Dando gracias a nuestra suerte y al ojo de Dafy empezamos a explorar el lugar. En una de las primeras habitaciones del sótano por el que accedimos encontramos esta sala de baterías. Un equipamiento muy lógico para un lugar en el que las comunicaciones son imprescindibles y que deben de tener algún respaldo en caso de apagón, pensamos.



La zona del sótano tenía una especie de bahía de carga, con acceso y salida al exterior. Supusimos que se trataría de una forma discreta de entrar y sacar gente y material. Encontramos también alguna cosa curiosa, como esta enorme báscula, con un mapa de Alemania detrás.



Por los sótanos también encontramos unas salas enormes con unas puertas de aspecto bastante impresionante. A pesar de su aspecto, al final dedujimos que se trataban de enormes cámaras frigoríficas. Dentro había bastantes estanterías, pero todas vacías.



Relativamente cerca de las anteriores se encontraban las cocinas, bastante grandes, por cierto, y en un excelente estado de revista si pasáramos por alto todo el polvo.



El acceso a las áreas superiores tenía bastante buen aspecto. Nada de cristales rotos ni destrozos. No hacíamos más que pensar que nos había tocado el premio gordo de aquel viaje. Por todos lados se veía el escudo de la Bundespolizei (Policía Federal).



Otro de los sitios curiosos que vimos fue donde debían de guardar las armas. La foto no es muy buena para describir, pero…. En primer plano apenas se ve un mostrador. Detrás estaba esa puerta de cristal y varias rejas. Detrás había una serie de estantes de madera para almacenar armas largas. Lo curioso del tema es que la habitación tras la reja tenía otra puerta que daba a un montón de habitaciones. El sistema no es que pareciera demasiado seguro que digamos.



En la parte del fondo del piso había bastantes habitaciones de azulejos blancos. Nos llamó especialmente la atención esta puerta, apoyada contra una pared. En ella se puede leer ISOLERSTATION. Estuvimos bastante rato divagando acerca de si sería una puerta de una sála de aislamiento para detenidos en otra parte del edificio o si sería de alguna habitación cercana, de algún tipo de laboratorio, por el tema de los azulejos. Las habitaciones vacías no nos dieron ninguna pista al respecto.



En la parte más alejada de nuestra entrada, y más cercana a la entrada de cristal que se ve en las fotos de arriba parecía una zona de despachos. Habitaciones grandes y enmoquetadas con enormes ventanales como esta parecían ser salas de reunión o algo parecido.



Incluso en otra zona más apartada encontramos uno de estos monigotes para la práctica de tiro. No sabíamos que pintaba por allí, ya que no habíamos visto nada que se pareciera a una galería de tiro, pero aún quedaba bastante edificio por recorrer.



La sorpresa vendría a la vuelta de una esquina, al entrar en una habitación interior sin ventana alguna y ninguna iluminación aparte de nuestras linternas. ¡Una cabeza de maniquí! ¿Qué pintaría allí? También había en esa zona varias mesas de madera con sillones en plan discoteca, e incluso algunos vasos de plástico que conservaban aún restos de bebida. Tal vez fuera el área de recreo de la comisaría, y alguien había organizado una fiesta antes de cerrar definitivamente el lugar.



Dos pasos más adelante, la segunda sorpresa. Fijaos en la foto. Es lo que parece: una bolera de tres pistas. Y no os creais que era una instalación de juguete. Nos metimos al fondo y comprobamos que había un completo sistema mecánico para recolocar los bolos y anotar los derribos en los marcadores que se ven sobre cada pista. Los comentarios sobre la cantidad de años de ventaja que nos llevaban la “polizei” alemana fueron unos cuantos.



Curiosamente, la sala de bolos daba a una serie de habitaciones grandes con aspecto de cocina, y una de ellas daba directamente a la sala de armas que habíamos visto antes. De divertirse sabían un rato estos alemanes, pero de seguridad estaba bastante verdes.
En la sala grande con aspecto de cocina nos encontramos esta enorme puerta blindada, en mitad de la sala. Probamos a girar la palanca de cierre y aquello daba vueltas como un molinillo. Además, la supuesta puerta blindada era en realidad de madera, y una persona podía moverla sin demasiada dificultad. Cada vez teníamos más la mosca detrás de la oreja.



Había algo que no cuadraba en todo aquello. Desgraciadamente de la “sorpresa final” no hay fotos. En el tercer piso había una sala grande decorada con motivos árabes: arcos de punto, columnas de color rosa, cartón piedra con textos en árabe tallado.

Después de darle muchas vueltas y de mirar y rebuscar apareció un documento revelador. En la pared de la sala de bolos había una lista de lo que parecían precios de bebidas, y el logo y nombre de un hotel. La pista definitiva estaba tirada en una esquina de un cuarto: un guión en alemán de lo que parecía una serie de televisión.
Evidentemente esa última pieza del puzzle hizo que todo cuadrara inmediatamente. Aquello fue en su tiempo un hotel, y tras cerrarlo había estado siendo utilizado como escenario para rodar una serie sobre policías alemanes.

Los fallos de seguridad, las boleras, las puertas blindadas de pega y los escenarios ya tenían explicación. Una vez hechos a la idea también nos fijamos en detalles que habíamos pasado por alto, como el hecho de algunas láminas de plástico translúcido de colores colocadas en algunas ventanas, que se usan para “ajustar” la luz del diurna exterior al color de los focos de rodaje.



Si me preguntan sobre el abandono más extraño que he visitado este se llevaría el primer puesto de calle. Otros pueden ser más espectaculares, grandes o fotogénicos, pero las sensaciones que tuvimos en este no tienen rival. Pasamos de la euforia de haber entrado en un sitio virgen a la confusión y desconcierto de lo que íbamos encontrando, para luego acabar partiéndonos de risa cuando todo el embrollo se aclaró.

10.9.10

Salimos en El País Semanal

Últimamente esto está siendo mucho salir en sitio y poco poner fotos y artículos sobre abandonos...

Me temo que las cosas han cambiado bastante por casa y ya prácticamente no tengo fines de semana libres para salir de "excursión". Algo queda en el archivo de fotos, pero es poca cosa. Aún así, el próximo miércoles 15 de septiembre colgaré un post que tenía pendiente... De hace ya 2 años. Estaba pendiente de que el sr. Umpi, de Última Visita, confirmase que tenía el artículo listo, porque el lugar es un tanto especial y merece una publicación conjunta, por motivos que sabréis en cuanto leáis cualquiera de los dos post.

Pero al tema. Hace ya unos meses nos entrevistaron para el País Semanal, aunque la cosa se quedó un tanto en el aire. No hace mucho se volvieron a poner en contacto con nosotros para pedirnos fotos y confirmarnos que el próximo 12 de septiembre salimos en el suplemento dominical. Salimos, en plural, porque hasta donde sé aparte de mi entrevistaron a Umpi y a Amaia, de Abandonado a su Suerte.

No sé cuantas fotos publicarán, ni cuantas páginas ocupará el reportaje, pero el caso es que ahí estaremos. Aunque sea "en diferido".

Habrá que ver si mejoran el reportaje de Calle 20 (páginas 16 a 21), que ya me pareció de lo mejorcito... Ya lo veremos este domingo. Yo me sentaré en el sillón y me pondré cómodo para leer.



Salu2!

P.D. Se me olvidaba... La sequía de abandonos se aliviará en breve. El mes que viene volvemos a Alemania a hacer fotos como locos.